Llega diciembre y con ello, el final de este proyecto. Hemos caminado durante doce meses a través de algunos de los éxitos y fracasos del ser humano, y repasamos ahora las doce miniaturas históricas recogidas en el libro de Vidas entrecruzadas: la pérdida de seres queridos como consecuencia de continuas e inacabables guerras; el rechazo social que provocan cientos de años después las tendencias sexuales de cada uno; el siempre asombroso citius, altius, fortius de nuestra especie incluso a riesgo de perder la vida en ello; el egoismo del “sálvese quien pueda” ante la tragedia y la fatalidad; la sensación de déjà-vu de la actual crisis; la sempiterna lucha de clases e injusticia social; la sensación de exclusión de nuestra propia sociedad con la que a menudo nos acostamos en la noche ; el espíritu aventurero inagotable para enfrentarse a lo desconocido; el absurdo de la sociedad que hemos creado; la amplitud para infringir dolor y terror en otros; y la compleja relación del hombre con su entorno y consigo mismo.
Y comprobamos que estos éxitos y fracasos se repiten constantemente, en un cruce de personajes, ciudades, circunstancias, preocupaciones, sentimientos, pasiones o ideas. Una y otra vez, en un bucle, al parecer, infinito.
Y nos recuerda a todos nosotros, pobres mortales, al mito de Sísifo, navegante, aventurero, amante, avaricioso, asesino y ruin. Castigado por los dioses a empujar a perpetuidad un peñasco gigante montaña arriba, solo para que éste vuelva a caer rodando al valle indefinidamente. Una y otra vez.
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